domingo, 25 de marzo de 2012

Bella, siempre bella.



1991. Se estrena La Bella y la Bestia.
Aquí podríamos ver una pequeña transición de ideales. Bella es capaz de tomar decisiones (NO quiere casarse Gastón), pero aún así, sigue siendo una ama de casa. Por otra parte, Bella, su nombre lo dice todo. Tiene que ser otra típica princesa más guapísima, radiante y con una voz espléndida.

Por otra parte, en la escena del banquete, dónde todos los utensilios de cocina cobran vida, los plumeros representan mujeres guapas, las teteras, tazas y demás són señoras y aparecen fregando platos y las jarras de cerveza tienen voz muy masculina. Esto es para no perder la costumbre...

1 comentario:

  1. Definitivamente ni en los cuentos de princesas se consigue romper con los estereotipos sociales. Pienso que el machismo es un rasgo que va a continuar presente en muchos aspectos de nuestras vidas, por mucho que nos esforcemos en lo contrario. Considero que es complicado conseguir ese cambio igualitario por el que muchos colectivos llevan unos años luchando. Incluso desde que somos bien pequeños ya se nos inculca ver la vida a través de los colores: rosa para las niñas y azul para los niños.

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