La rompedora Pocahontas.

Aquí os presento a Pocahontas de 1994. Esta es la princesa rompedora con los típicos cánones que sigue Disney. Pocahontas es una princesa india que decide desobedecer a su padre (jefe de su tribu) y se enamora de un forastero, siempre siguiendo su corazón y sus sentimientos. Intenta enseñar sus valores y aprender de nuevos y no es la típica princesa con un gran palacio y riquezas (o almenos, no aspira a ello).

Eso sí, sigue teniendo un cuerpo 10 y una fantástica voz.

La Sirenita subliminal.

Navegando por Youtube, he encontrado este interesante vídeo, en el que una de las torres del castilla representa un pene y el cura de la ceremonia de Úrsula y el príncipe está erecto. Volvemos a ver claros ejemplos de que nos quieren transmitir valores sexuales por doquier, además de una crítica a la iglesia, puesto que con el voto de castidad puede resultar alarmante la imagen del sacerdote.

El interesado Aladdín.

Un año después sale en los cines Aladdín. Este film cambia en el sentido de que la princesa no es la protagonista, lo es el chico que quiere conquistarla.

Sin embargo, aunque Aladdín diga que se enamora de ella por que es inteligente y divertida, no se demuestra en ningún momento del film. Además pone el énfasis en lo guapa que es (es cuando realmente se emociona) y no cuando es lista. Por último, también aparecen más tarde mujeres que están locas por él pero, casualmente, él se enamora de la que más dinero tiene. Sí, claro, casualidad.

Bella, siempre bella.

1991. Se estrena La Bella y la Bestia.

Aquí podríamos ver una pequeña transición de ideales. Bella es capaz de tomar decisiones (NO quiere casarse Gastón), pero aún así, sigue siendo una ama de casa. Por otra parte, Bella, su nombre lo dice todo. Tiene que ser otra típica princesa más guapísima, radiante y con una voz espléndida.

Por otra parte, en la escena del banquete, dónde todos los utensilios de cocina cobran vida, los plumeros representan mujeres guapas, las teteras, tazas y demás són señoras y aparecen fregando platos y las jarras de cerveza tienen voz muy masculina. Esto es para no perder la costumbre...

La sirenita florero.

La sirenita llega en 1989, pero no os alarmeis, la cosa sigue sin cambiar. Con un cuerpo perfecto, una voz idílica, etc., representa a la mujer ideal. Durante el film hacen varias alusiones al físico ideal, a que la mujer debe permanecer callada cuando esta con un hombre (eliminando así su nivel intelectual), a que debe complacer al hombre en todo lo que esté en su mano, a estar siempre perfecta, entre otras cosas. No chicos, la cosa aún no cambia, seguimos viendo a la mujer florero de siempre.

Los rescatadores de senos.

Navegando por internet, he encontrado varias reseñas a un frame en concreto sobre el film "Los rescatadores" de 1977. Se dice que Walt Disney tuvo varios traumas de infancia debido al aislamiento que tuvo respecto a sus padres. Según fuentes no oficiales, hubo bastante distanciamiento entre ellos. Uno de los ejemplos en los que podamos ver la proyección de sus traumas podría ser este.

Alicia, la del país de las maravillas.

En 1951 se estrenó Alicia en el país de las maravillas. Las mentes inocentes pueden pensar: ui qué bonito el mundo de los sueños, una niña que deja volar la imaginación...pero, pensémoslo por un momento fríamente. ¿Un gato que aparece y desaparece? ¿Alicia que crece y encoge? ¿Un sombrerero loco? Muchos productos alucinógenos pueden producir estos desvaríos.

La Bella toxicómana.

Continuando con la Bella Durmiente (1959), podemos reflexionar sobre varios aspectos:

1.- ¿Por qué las hadas en todas las películas son viejas y obesas? Si recordamos la de la Cenicienta cumple con los requisitos...

2.- El príncipe vuelve a enamorarse de su aspecto y no de su persona. Han pasado más de 20 años desde el film Blancanieves y los siete enanitos y continuamos igual. 

3.- Los poderes que se le otorgan son: belleza, una buena voz y que cuando cumpla 16 años se pinche con una aguja de coser. Un poco machista, ¿no os parece? ¿Esto se podría relacionar con la drogadicción? Podría ser algo exagerado, pero creo que no va mal encaminada mi reflexión.